Os contamos que hay, por lo menos, diez razones para visitar Esauira, la antigua y mítica Mogador entre las dunas y el Atlántico marroquí. Así que allá van 16 pistas, consejos y secretos de viajero para explorar la ciudad y su entorno natural con los cinco sentidos. Y además, 6 alojamientos recomendados.
Asumimos que vas a visitar los principales atractivos de Marrakech en una visita guiada o por libre, que tratarán de colocarte un mono o una serpiente en los hombros en la célebre plaza de Jemaa el Fnaa y que te fotografiarás frente a la Koutoubia, entre las tumbas saadíes, en el Palacio de la Bahía y en el Jardín de la Menara; muy probablemente te perderás varias veces en el laberinto de los zocos y quizá tengas que recurrir a algún guía “expontáneo”, ya sea por su insistencia o por tu desorientación. Pero hay vida más allá de los imprescindibles de la cité ocre, sin duda. Allá va un aromático ramillete de experiencias de viaje frescas como la menta para que mezcles con tu té favorito.
Con calzado cómodo y sin plano, dispuestos a perdernos una y mil veces pero nunca irremediablemente, nos internamos en la fascinante y empinada medina de Chauen, un laberinto de callejuelas, plazas, portales y pasadizos envueltos en deslumbrantes blancos y azules y una luz mediterránea que parece recién inaugurada. A continuación, un ramillete de 15 experiencias para vivir Chauen con intensidad y los cinco sentidos.
Visitar el valle de Ourika es el contrapunto perfecto a una estancia en Marrakech. Recorriendo el curso de aguas frías del río Ourika, a lo largo de un viaje de aproximadamente una hora en coche, llegamos a un mundo muy distinto del calor y bullicio marraquechís. Ya os sugerimos doce cosas que hacer en Marrakech más allá del city tour habitual, pero si tienes un día disponible para una excursión recomendamos aprovechar el hecho de que Marrakech esté a pie del majestuoso Alto Atlas y visitar el valle de Ourika.
