Sri Lanka (hasta 1972 conocida como Ceilán), es una isla verde de naturaleza indómita, con una biodiversidad apabullante ya que es salvaje en su mayor parte. Ofrece en un reducido espacio una gran variedad más propia de un continente que de una isla. Conoce Sri Lanka con nuestros artículos de especialistas en este destino.
Escoger entre los animales de Sri Lanka no es una tarea fácil, ya que la isla Esmeralda cuenta con una variedad de fauna absolutamente desproporcionada dadas sus dimensiones físicas. Presume de una de las poblaciones más grandes del mundo de elefantes salvajes y de un impresionante abanico de fauna autóctona, que abarca desde leopardos, osos perezosos y ardillas gigantes hasta enormes lagartos, tortugas marinas y cocodrilos – por no hablar de una fascinante variedad de aves endémicas y migratorias que escogen Sri Lanka como su lugar favorito para invernar.
Los cetáceos de Sri Lanka, auténticos gigantes del océano Índico, se han convertido en la nueva imagen emblemática de la isla Esmeralda, uno de los pocos lugares del planeta donde las ballenas azules y los cachalotes se pueden encontrar cerca de la orilla prácticamente durante todo el año. El turismo de avistamiento de cetáceos en Sri Lanka se encuentra todavía en pañales. Actualmente, todas las travesías parten de punta Dondra (accesible desde Galle, Hikkaduwa y Mirissa), en el extremo sur de la isla; o desde Trincomalee en la costa este
Durante los años oscuros de la guerra civil la costa este estaba fuera de límites y la belleza de sus playas era solamente objeto de rumores. Afortunadamente, la paz ha traído nuevas oportunidades para los amantes del sol y la costa este de Sri Lanka por fin abrió sus puertas al turismo. Lo contamos todo sobre las cuatro mejores playas de la Costa Este de Sri Lanka, en Trincomalee (Uppeveli, Nilaveli, Pigeon Island) y Arugam Bay.
La costa sur es uno de los lugares más gratificantes para visitar de Sri Lanka, con playas más íntimas y menos desarrolladas que las de la costa Oeste. El “Sur profundo” de la costa de Sri Lanka es conocido por la abundante fauna marina y por un ritmo de vida descaradamente indolente. Lo contamos todo sobre las cuatro mejores playas de la Costa Sur de Sri Lanka, cerca de Galle y en el Deep South: Unawatuna, Hikkaduwa, Mirissa y Medaketiya.
La costa Oeste de Sri Lanka es la más desarrollada, occidentalizada y orientada al turismo. Sus anchas playas de arena se extienden en los alrededores y al sur de la capital Colombo, acogen numerosos hoteles y resorts y están bordeadas de palmeras. Lo contamos todo sobre las cuatro mejores playas de la Costa Oeste de Sri Lanka, de y al sur de Colombo: Negombo, Mount Lavinia, Bentota y Induruwa.
Se suele definir el Parque Nacional de Udawalawa como un pedazo de sabana africana trasplantado en Sri Lanka. ¿Una exageración? No, más bien la típica comparación reduccionista para definir de modo estándar un lugar poco conocido en relación con otro célebre. En realidad no haría falta recurrir al tópico si uno está avisado de que Sri Lanka, a pesar de ser una pequeña isla, acoge una apabullante biodiversidad en sus numerosos parques, reservas naturales y otras áreas protegidas donde habitan elefantes, leopardos, osos o ballenas: es decir un destino ideal para realizar safaris fotográficos.
La Antigua Ciudad de Sigiriya es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1982, y una visita imprescindible para el viajero sagaz durante su estancia en Sri Lanka. Es una de las ciudades datadas en el primer milenio mejor conservadas de Asia. Conserva un conjunto de pinturas al fresco de gran refinamiento artístico. La vista panorámica desde su cumbre de la jungla circundante resulta inolvidable.
Sri Lanka constituye un destino exótico y económico aún no masificado por el turismo. La antigua Ceilán, es todavía hoy una isla verde y extremadamente fértil de naturaleza indómita, salvaje en su mayor parte, y con una biodiversidad apabullante. Ofrece en un reducido espacio una gran variedad geográfica, climática y natural más propia de un continente que de una isla. Serendib, la llamaron en la antigüedad los intrépidos marinos árabes, un término que derivó con el tiempo en el inglés “Serendipity”, con el que se hace referencia al descubrimiento accidental y feliz de algo hermoso y bueno. Y hará bien el viajero sagaz en descubrirla sin perder tiempo.